Nostalgia. Eso es lo que sentí al entrar en la exposición "Singularidades", en el Pazo da Cultura de Pontevedra. Como director creativo de la agencia Luis Carballo y director de fotografía de la revista "Galicia Moda" viví y contribuí a la creación y proyección internacional de la moda gallega en los años 80. Al salir de la exposición me asaltó una reflexión inquietante: ¿Éramos más creativos entonces? ¿O era la mano maestra de Luis Carballo que nos inspiraba más?
No lo sé, seguramente ambas cosas.A menudo he comentado con mi amigo Mario Sierra, gran fotógrafo de una generación más joven, cuánto ha cambiado la fotografía de moda. Hoy se exigen unos niveles tan altos en los aspectos técnicos que se descuida lo importante: el concepto creativo. Se olvida que la técnica es un instrumento al servicio de la idea que se quiere transmitir. Además me temo que a menudo clientes y revistas no quieren otra cosa más que la perfección técnica.
Pero en aquellos años nos inventábamos las cosas sobre la marcha y punto. Y no solo lo hacíamos nosotros; no hay más que echar un vistazo a la hemeroteca y ver como en Vogue París, The Face, Arena o L'Uomo se hacía otro tanto de lo mismo: subexponer, recortar, pegar, forzar, solarizar... Man Ray había desaparecido hacía mucho y aun no existía Photoshop, pero eran los 80 y nos atrevíamos con todo. Yo mismo llegué a utilizar en reportajes de moda películas desarrolladas exclusivamente para fotografía médica y científica. Y es que la osadía de la moda gallega era también, y sobre todo, la nuestra. La de los que diseñábamos, escribíamos y retratábamos la cara del Made in Galicia.
(Fotos y diseño gráfico de Víctor González para "Galicia Moda")
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