29/8/13

Hitler muere atropellado por un Mercedes















Esto no es publicidad. Esto es un ejercicio publicitario ralizado tres jóvenes talentos creativos. Una especie de tesis doctoral resumida en un vídeo de 80 segundos protagonizado, involuntariamente, por un Mercedes- Benz Clase C. De hecho a la firma alemana el vídeo no le ha hecho ninguna gracia y aunque no ha pedido su retirada (algo prácticamente imposible en las redes sociales) sí ha obligado a sus autores a dejar claro que Mercedes no tiene nada que ver con el asunto.
El anuncio gira en torno al celebrado sistema de detección y prevención de colisiones del coche, tan perfecto que es como si pensase.
El spot, impecablemente rodado, narra el paso de un moderno Mercedes por las antiguas calles de Braunau am Inn ante la mirada atónita de los vecinos. El coche evita atropellar a varios niños… excepto a uno que reconoce como el futuro Führer.
Desde que se colgó la semana pasada en YouTube, el vídeo se ha convertido en un viral que corre imparable por las redes sociales, acercándose ya a los 2 millones de visitas. 
Sus autores, Tobia Haase, Jan Mettler and Lydia Lohse, dicen que quisieron exporar lo que ocurriría si las máquinas tuviesen alma.
En mi opinión es también una reflexión sobre los límites y las fronteras de la creatividad publicitaria, una reflexión que también está presente en la exposición de este verano en la British Library de Londres "Propaganda: Power and Persuasion"
Los creativos no tenemos la libertad que, aparentemente, sí tienen los artistas. Nuestro trabajo es un vehículo para decantar a un público hacia una marca o hacia una causa. Pero los caminos de la publicidad pueden pasar por el idílico pueblecito donde nació Hitler.